2012/04/26

Bombardeo de Gernika: El día de la barbárie (1937-2012)


Este año 2012 es sin duda un año para las conmemoraciones. Desde la Pepa hasta el Titanic, pasando por la conquista de Navarra por Fernando el Católico, que deja en entredicho la versión de la adhesión voluntaria, pero sin duda, es el año en el que debemos recordad un acontecimiento tremebundo que dio la vuelta al mundo y que sin duda a marcado la historia reciente del país. 


El 26 de abril del año de 1937, Gernika, celebraba como todos los jueves el día de mercado. Sus habitantes, seguían con las tareas diarias mientras comentaban las noticias del frente, ajenos a la cada vez más acechante amenaza de destrucción de Bizkaia por parte del General Mola, y a la cada vez más cercana presencia del ejercito sublevado. 

Alrededor de las cuatro de la tarde, el cielo de la ciudad se vio eclipsado por los cazas de la legión cóndor que como feroces rapaces se lanzaron contra sus victimas. La villa sagrada de los vascos, símbolo de la libertades y del
autogobierno del viejo señorío, fue bombardea hasta la noche, su población ametrallada y sus alrededores incendiados. 

Mola, ordenó el bombardeo para diezmar a la población, pero los vascos, lejos de rendirse siguieron luchando para defender una guerra ya perdida. La destrucción de Gernika, símbolo universal de los vascos, resulto un golpe duró para la población, que supo encontrar fuerzas para aguantar la ofensiva facciosa, muy superior militarmente, hasta el día 19 de junio, en el que el frente vasco cayó.

No se saben cuantas fueron las muertes que oscilan entre 100 y 2000, dato que jamás se podrá conocer, por la superpoblación que sufría la ciudad por la llegada de refugiados del frente, porque la mayoría de los cuerpos desaparecieron pasto de las llamas y porque la dictadura franquista se ocupó de ocultar la realidad. La ciudad fue destruida en un 70%, salvándose, sin embargo, la casa de juntas y el Árbol Santo. Años después Churchill se referiría a el como “el ensayo de la barbarie”. 

La noticia del bombardeo de Gernika dio la vuelta al mundo. Los ciudadanos londinenses despertaban el dia 28 con la fatal noticia publicada en primera página del Times firmada por Gorge L. Steer, corresponsal de guerra en le frente vasco, quién relataría su experiencia en su clásico, El árbol de Gernika. La atrocidad cometida por la legión alemana, con la ayuda de la italiana y a petición del bando franquista levanto a media Europa, la prensa mundial se hacia eco de la barbarie y los ciudadanos ingleses pedían explicaciones a su gobierno, junto con un posicionamiento a favor del Gobierno Vasco y una petición de intervención.

Pablo Ruiz Picasso, que había recibido una petición del gobierno de la República para la realización de un mural para la exposición universal de ese mismo año. Cuando recibió la noticia del bombardeo, un ataque a una población civil, en Europa y de tal magnitud, no dudo, exasperante, a llevar su rabia incontinente al papel, y después al lienzo que hubo de convertirse en el símbolo del siglo XX. 


Recuerdo que,  siendo pequeño, la replica del Gernika que adornaba nuestro salón me llamaba la atención en especial. Aunque ignoraba la calidad artística del mismo, y mi inocencia no podía comprender la gravedad del hecho, al verlo, un escalofrío me recorría, como si pudiese sentir lo que sentían los protagonistas de la obra, su incredulidad, su impotencia, su dolor. Es por este por lo que he decidido dedicarle este post a este día que marco nuestras vidas, y especialmente de la victimas de la barbarie, las familias que debieron huir y dejar su casa, entre ellas, la mía. 


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